Como en todo ambiente organizacional, el liderazgo en seguridad privada no escapa de los principios y valores de la gerencia moderna. En efecto, para que todo pueda marchar bien, la organización debe estar alineada hacia una meta en común. Esta responsabilidad recae sobre directivos y ejecutivos, que tienen en sus manos el deber de potenciar el talento humano.
Se trata fundamentalmente, de dar el ejemplo para afianzar una cultura de resguardo. Proteger una instalación no es una tarea única de un oficial de seguridad, ya que el éxito de las acciones dependerá de la toma de decisiones del líder. Su compromiso es esencial para fortalecer la gestión, en aras siempre de llevar las riendas de una planificación estratégica.
Para algunos, ser líder es un don, pues no es fácil orientar a un equipo de trabajo. Las habilidades comunicacionales son las que permitirán mediar en situaciones de conflicto. Mediante la persuasión, quien coordine la seguridad de una empresa, podrá influir en el comportamiento de terceros. Incluso, podrá disuadir para prevenir actividades delictivas.
La continuidad operacional de un negocio estará garantizada en la medida que se ejecuten buenas prácticas de seguridad. Partiendo de un análisis de riesgos, se afinarán las directrices bajo un enfoque preventivo. Accionar a tiempo es la clave para fortalecer toda una cultura de resguardo, sustentada en un ambiente laboral armónico y por supuesto, eficiente en cuanto al cumplimiento de la normativa.
Principios del liderazgo en seguridad
Establecer prioridades en la gestión organizacional
El liderazgo en seguridad privada se enfoca en gestionar el resguardo todos los días, integrando prácticas en cada departamento. Sin importar la jerarquía, se ejecuta un plan. De este modo, quedan claras las atribuciones de todos los implicados (tanto trabajadores como proveedores de servicios), en función de proyectar la visión y los objetivos empresariales.
Al identificar las amenazas de la organización, se procede a eliminar las barreras que interfieren con el objetivo. La seguridad es primordial en la dinámica de toda compañía, junto al óptimo aprovechamiento de los recursos. Todas las actividades deberán girar en torno a ella, como prioridad para evitar escenarios de incertidumbre, sin margen para la improvisación.
Alinear la seguridad con los objetivos del negocio
Al diseñar la filosofía de gestión, es oportuno mantener la coherencia entre la visión de resguardo, los valores y principios de la compañía. A través de jornadas de formación dirigidas al personal, es factible crear conciencia sobre las políticas de seguridad. Cuando se internalizan los conceptos, se preservan los intereses del negocio, siempre que se le otorgue a la seguridad, la importancia que merece.
Para establecer metas, el diagnóstico de riesgos marcará el camino a seguir. Como en toda propuesta, los objetivos que se tracen deben ser lo suficientemente específicos, medibles y por supuesto, alcanzables. Para ello, el trabajo es colectivo, así que se toman en cuenta las aspiraciones del personal, con la intención de moldear comportamientos, en sintonía con los logros empresariales.
Visión compartida
El acompañamiento en la gestión gerencial es vital al crear una visión de seguridad compartida. Por lo tanto, los asesores de seguridad tendrán la labor de persuadir e influir ante los directivos y gerentes. Con la intención de velar por el cumplimiento de los objetivos, el seguimiento hacia los trabajadores es indispensable para reforzar la motivación y el sentido de pertenencia.
Formación gerencial
Todo líder de seguridad obligatoriamente debe formarse para marcar la diferencia. La investigación ha avanzado al punto de poner a disponibilidad de los supervisores todo un abanico de certificaciones y especializaciones. Estar a la vanguardia es elemental, sobre todo con el uso de la tecnología y las actualizaciones vinculadas con modernas prácticas. La creatividad a la hora de delinquir no cesa, así que ir más allá, siguiendo la intuición, otorga valor agregado al trabajo.
Habilidades
Al conformar equipos, la empatía permitirá conectar para motivar y definir los roles entre el personal. Las actitudes orientadas hacia el logro elevan los estándares de confiabilidad y propician un clima idóneo para que la comunicación fluya. La eficiencia en colectivo será la meta, más allá de protagonismos e intereses personales.
Manejar personal ciertamente es un asunto complejo. Enfocar todo en perspectiva, definirá la gestión ideal, con énfasis en la autenticidad y en el valor agregado. La formación académica facilita la comprensión de la dinámica del mundo actual, pero la práctica otorgará los elementos necesarios para un óptimo desempeño. Como pieza fundamental del cuadro de mando, un líder será inspirador para romper con los paradigmas tradicionales al gerenciar.
En efecto, para afianzar el liderazgo en seguridad privada, se requiere de amplia experiencia y profesionalismo. A la hora de enfrentar contingencias, se toma la iniciativa. Aunque ciertas situaciones ameritan enfoques flexibles, otras requieren acciones drásticas para aportar soluciones en momentos de crisis. Conocer el entorno permitirá ejecutar tácticas y correctivos, con el propósito de diseñar estrategias de seguimiento y evaluación.
De acuerdo con Tapia (2021), la calidad humana del profesional de la seguridad aporta valor agregado a nivel táctico y operativo. Se trata de un “liderazgo transparente y con espíritu de equipo, que la gente lo note y se suba al barco. Con coherencia, transparencia y humildad”.
La seguridad es un asunto de liderazgo
Entrenar la mente fomenta el desarrollo de grandes habilidades, como el liderazgo en seguridad. En el siguiente audiovisual, se explicará cómo se puede ser más eficiente para obtener mejores resultados.
Fuentes consultadas
-Tapia, E. (2021). El liderazgo en seguridad. México: Seguridad en América. En: https://www.seguridadenamerica.com.mx/noticias/articulos/30158/el-liderazgo-en-seguridad.
